Aprender

en el bar los dos comensales se miran, una bebe café, que bien peude ser negro y amargo o de caramelo y lleno de leche, según quien y en que momento mire. La otra un refresco, aunque lo hace a desgana, más bien juega con las gotas de la condensación. Quien sostiene la taza puede tener cualquier forma y la otra es una chica, a veces sonrie y otras está triste, simplemente mira el refresco y no levanta la cabeza.

-Debes aprender -le dice su inter locutora.

No ahce mucho le habría dicho que ha aprendido mucho, que a su edad ha aprendido más lecciones que muchos otros a su edad. ahora, solo calla, levanta la cabeza, sonrie y bebe. Aún queda mucho que tragar y aprender, muchas pruebas que superar y afrontar, seguramente más que otros a su edad y, posiblemente, maldeciría su suerte durante todo su refresco. Sabe que le viene encima muchas cosas, tantas que desearía estar en la piel de otra persona... pero no puede, así qeu tan solo suspira y decide que lo mejor es afrontar todo lo que le toca con el poco valor que ha ganado con el tiempo y la escasa sabiduria que ha aprendido en su vida.

-De acuerdo, enseñame -le dice tras el silencio-. Dame tu mejor golpe, estoy lista.